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La siembra de semillas es una actividad que motiva a los niños y que puede hacerse fácilmente en familia: además de divertida tiene un valor educativo. Para que esta actividad sea un éxito hemos de buscar semillas que germinen rápido y de sencilla manipulación, y en el caso de plantas aromáticas y medicinales os propongo la caléndula: porque sembrar caléndula es fácil.

Nuestra propuesta es llenar vuestros jardines y balcones de una planta muy agradecida: la caléndula o maravilla. Ahora es un buen momento para sembrar caléndula en el exterior, porque las temperaturas empiezan a ser altas, no será necesario tenerla en el interior y la germinación irá rápida.

La caléndula es una planta de la que se conocen diferentes usos:

Medicinales: en Europa, está aprobado su uso tradicional externo para afecciones leves de la piel y la cicatrización de heridas. Se la conoce por desinflamar, desinfectar y calmar pieles irritadas y sensibles. Seguro que muchos niños reconocen su nombre por las pomadas, cremas y aceites que han utilizado durante sus primeros años de vida.

Culinarios: se come en ensaladas, con arroz y en pasteles. Antiguamente se utilizaba como substituto del azafrán (lo llamaban azafrán de pobres), por lo tanto es un buen colorante natural para diversos productos. Y a nuestra infusión FRESCA le da color y alegría.

Ornamentales: es una planta de floración vistosa y abundante. Bien cuidada, en las zonas más templadas, puede florecer durante todo el año…solo parará los meses de frío.

Vamos a sembrar caléndula!

Materiales:

Cómo lo hacemos:

1.- Las semillas las podemos comprar, pero también son fáciles de recolectar de alguna caléndula que tengamos por casa o nos den. Tienen una forma divertida que me recuerda un erizo.

2.- Buscad un buen recipiente con agujeros en la parte inferior para que pueda drenar el agua de riego. Podemos utilizar una maceta pequeña o cualquier contenedor para reciclar: un envase de yogurt, un cartón de leche, una botella de agua. Yo he utilizado una botella de agua pequeña que he cortado por la mitad, así me sirve tanto de recipiente como de plato para recoger el agua que sobra. Sobre todo, pensad en poner una capa de piedras en el fondo que sirva de drenaje.

3.- Llenaremos nuestro recipiente con tierra para macetas hasta dos dedos del margen. Alisaremos bien la tierra y pondremos 5-6 semillas encima repartidas por nuestra maceta.

4.- Cogeremos un poco de tierra y la esparciremos por encima, tapando las semillas ligeramente (medio dedo). Si las cubrimos con mucha tierra, no tendrán capacidad de germinar bien.

5.- Finalmente regaremos con un pulverizador con cuidado, pero procurando que la tierra quede bien mojada.

6.- ¡Y ya está! Ahora solo queda dejarlo en el exterior (si no hace frio por las noches) e irlo regando un poco cada día (que la tierra siempre esté húmeda pero no encharcada). En 10-15 días las primeras plántulas ya se habrían de ver.

Consejos extra: cuando la planta ya tenga un par o tres de hojas bien desarrolladas es el momento de trasplantar a una maceta más grande o al jardín. Pensad que cuando la planta va creciendo necesitará más agua… ¡pero sin ahogar!

¿Os animáis a sembrar caléndula con niños? Ya veréis como les gusta poder recolectar sus flores.